Allen tiene una librería con mucho para descubrir

Adriana Diomedi abrió en plena pandemia una librería, comercio que no existía en la ciudad desde hacía varios años: todo un capital social y cultural para la comunidad.

“Plantar un árbol, escribir un libro, tener un hijo”, dice un mandato popular para que el paso por este mundo deje su huella. Pero abrir una librería comercial en una ciudad como Allen en la que el rubro estuvo ausente durante muchos años, también tiene su merito porque es una apuesta a fortalecer en capital social y cultural de la sociedad.

Claro que no es el comercio que más rentabilidad deje pero Adriana Diomedi apostó por hacerlo en medio de la pandemia y en pleno centro de la ciudad, sobre la calle Tomás Orell a metros de Juan B Justo, abrió las puertas de la “Tienda de Libros”.

La partida de sus hijos, que se fueron de casa para emprender su propio camino y dejaron “el nido vacío”, le generó a Adri la necesidad de gestar un cambio ya que en el mismo local se había dedicado durante algunos años a la venta de artículos de cerámica que ella misma horneaba y pintaba.  Y con algo de temor pero con el acompañamiento de su esposo, Víctor Herrera,  dio vuelta la página  y compró los primeros títulos de libros.

“Fue un proceso muy lindo, de animarse a cambiar. Tuvimos el asesoramiento de los chicos de la Librería La Fe, de Roca, que nos animaron mucho para abrir el local. Trajimos  los primeros títulos, Víctor comenzó a recorrer las escuelas contando que empezábamos a recibir los libros del Plan Rector y cada vez nos fuimos metiendo más en el rubro”, cuenta Adriana.

Hoy, la Tienda de Libros no sólo ofrece novelas, cuentos y otros géneros para todas las edades. Tiene en sus estantes, además,  artículos de artística, regalería, mochilas y muchas novedades. “Es un negocio en el que hay que estar muy activo. Los lectores son curiosos, buscan títulos que tenemos que encontrar y traerlos a pedido. Sobre todos los jóvenes buscan lo último y hay que conseguir ese libro que es tendencia. Tenemos mucha competitividad en precios con respecto a otras librerías”, agrega.

Mientras Adriana apuesta a crecer y que la librería perdure en el tiempo, los allenses debemos dimensionar la importancia de tener en la ciudad un comercio de este tipo para dejar de viajar a otros ciudades en busca de libros y acompañar al proyecto. Que los docentes de Allen recorran los estantes de la Tienda de Libros, hagan sus pedidos y encuentren allí el lugar para que los alumnos adquieran los materiales, también es clave para la vida del comercio.

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